Etiquetas RFID. En la era digital actual, términos como digitalización, IoT, Industria 4.0 y trazabilidad son cada vez más comunes. La tecnología RFID es esencial para la trazabilidad y digitalización de procesos.
El sistema RFID consta de varios componentes. Las etiquetas RFID se adhieren a los objetos para identificarlos. Los lectores RFID capturan y traducen las señales de radio. Las antenas RFID actúan como intermediarios entre las etiquetas y los lectores. El software RFID gestiona la información recibida.
Las etiquetas RFID son dispositivos compactos que almacenan y transmiten datos. Permiten la trazabilidad de productos en la cadena de suministro. Son fundamentales para la gestión de inventario, reposición y clasificación de mercancía.
Las etiquetas constan de tres elementos: el material, una antena y un chip. El chip almacena los datos y requiere energía para funcionar.
Existen varios tipos de etiquetas RFID. Las pasivas se activan con la energía de las antenas RFID y tienen un alcance limitado. Las activas tienen fuente de alimentación propia y un mayor rango de lectura. Las semi-activas combinan características de las etiquetas pasivas y activas.
La impresión de etiquetas RFID se realiza con impresoras especializadas. Estas permiten la personalización de las etiquetas. Existen varios tipos de impresoras, como industriales, de sobremesa, de tarjetas, portátiles y a color.
La tecnología RFID se aplica en una amplia gama de sectores. Incluye la gestión de la cadena de suministro, la industria, la logística, el retail, la atención médica, la alimentación, las bibliotecas, el cronometraje deportivo, la identificación y localización de activos, la gestión de inventario y el control de entradas y salidas. Esta tecnología ofrece ventajas significativas, como una mayor eficiencia, trazabilidad y productividad, y una experiencia mejorada para los clientes.